Florencia es sinónimo de la galería de los Uffizi, un palacio que contiene una de las más antiguas y famosos pinacotecas del mundo.

Entre la galería de los Uffizi y el palacio Pitti hay un pasillo que conecta ambos edificios. Un pasillo construido por las exigencias del Gran Duque en el año 1565.

El Gran Duque quería moverse libremente desde su residencia al palacio, sobre todo desde que había perdido popularidad; el pasillo fue proyectado “por motivos de seguridad”. Vamos que no quería mezclarse con los plebeyos.

El pasillo tiene unas preciosas vistas al Arno.

A mitad de pasillo se encuentra la Chiesa di Santa Felicita, y desde donde el Duque podía acudir a misa. Todo muy cómodo.

En el ponte Vecchio había un mercado de carnes y para que el señorito no oliera mal en su travesía cambiaron el gremio por la orfebrería, que es lo que podemos ver hoy en día.

El pasillo se usa además para albergar una ENORME colección de autorretratos de pintores. Están todos (o casi). Reconocimos a Velazquez entre otros.

El pasillo fue restaurado y reabierto al público en 1973 y sólo se puede visitar con una cita previa y en grupos. (La entrada secreta se encuentra entre las salas 25 y 34).

Yo conseguí entrar por casualidades de la vida, como dicen estar en el sitio correcto en el momento adecuado.  Aquí he visto que se pueden comprar los billetes. OMG, ¡cuán caro es!