El domingo me dejé caer por Basilea. Tras 2h30 de viaje en los estupendos ferrocarriles suizos llegué a la estación de trenes de Basilea (la suiza, ya que hay otra al otro lado del río alemana).
Después de un tranvía y un autobús al cual tuve que esperar durante 50 minutos ya que pasaba CADA HORA, crucé la frontera y pasé a territorio alemán, para llegar al Vitra Museum; todo un paraíso arquitectural. Parecía un parque de atracciones para arquitectos.
El primer edificio que nos enseñaron fue el VitraHaus de Herzog & Meuron.
Un montón de casitas apiladas 🙂 Nos contó la guía [cogimos una guía de 2horas de tour,recomendable 100%] que la estructura de este edificio era verdaderamente espectacular, y que había un voladizo de 15 metros. Podía soportar bien todas las cargas, eso sí, ¡no aguanta a 40 personas saltando a la vez!
Los arquitectos hicieron esta forma porque recordaba a las casas tradicionales, además pintaron todo de gris oscuro para darle un carácter uniforme. Crean también un banco de madera para reposar. El edificio alberga el museo de House Collection.
Después, pasamos al pabellón expositivo de Buckminster Fuller. Este pabellón, a pesar de parecer pequeño por fuera es muy amplio. Además, tiene una estructura muy muy fuerte para soportar tormentas y terremotos.
Pasamos por Álvaro Siza y su industria.
No sin olvidarnos de la pequeña, pero ideal gasolinera de Jean Prouvé.
Simple,ligera, luminosa, y uno de los tres únicos ejemplares que quedan.
Pasamos a la famosa Zaha Hadid; con su estación de bomberos. Fue su primer proyecto construido. Debido al incendio de 1981 que quemó toda la fábrica, Vitra quiso asegurarse que no volvería a pasar tal desastre (razón por la cual los edificios están bastante separados). Por ello tenía su propia estación de bomberos ya que el pueblecito vecino no constaba de ninguna.
Fue diseñada sin ningún ángulo recto, ya que según la arquitecta, los bomberos debían estar en constante modo de alerta. Pero, tanta línea oblicua hacía que la gente se sentiría un poco mareada y muy nerviosa; así que la estación sólo se usó durante tres años. Ahora es un espacio expositivo.
Sólo tres de los pilares son estructurales y se nota al tocar que los “decorativos” están huecos.
Los primeros edificios construidos después del incendio fueron de Nicholas Grimshaw.
Al principio la idea era que él construyera todos los edificios, pero le encargaron a Gehry el museo e hizo un edificio tan expresivo suyo que cambiaron la idea y decidieron encargar cada edificio a un arquitecto diferente.
De muy lejos vimos el SANAA, que finalizará en el 2012. (razón por la cual debo volver a este paraíso de arquitectura y diseño).
Volvimos al museo de Gehry. Fue éste su primer proyecto en Europa. Se le encargó un museo funcional y octogonal, con lo que sólo pudo expresarse en pequeñas zonas.
La zona estaba llena de cerezos y Gehry no tuvo reparo en cortar todos los que necesito. Al contrario que Tadao Ando, cuyo amor por la naturaleza le hizo proyectar su pabellón de conferencias talando el menor número posible de cerezos. (Fueron tres, y les dio un homenaje en su fachada).
El edificio invita a un ambiente tranquilo, armonioso, pacífico. Hay que hacer un largo recorrido para llegar, para poder pensar de camino a la conferencia y ordenar las ideas.
¡Estupendo día arquitectónico!