No hay nada como dejarse perder un poco por la ciudad para descubrir rincones. Todos los días pasó por una pequeña iglesia que ha resultado ser Alte Haidhausen Kirche.
Por lo que veo, debe de estar “hermanadas” o algo con otra iglesia un poco más abajo en la calle llamada St Johann Baptist.
Lo que más me ha llamado la atención es que tras unos muros por los que paso cada día hay un cementerio lleno de “vida”. Todas las tumbas estaban muy cuidadas, y estaba lleno de gente en labores de jardinería. Jamás había visto tantos vivos entre tantas tumbas.
Además, el sol y los colores de otoño han convertido un sitio generalmente triste en un pequeño parque con preciosos rincones.
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yo he estado en ese cementerio. Y recuerdo un silo que guarda las piedrecitas que se usan en Munich cuando nieva para evitar resbalones por las aceras. Lugar encantador, aunque pueda sonar extraño.
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