Tras nuestra ruta por muchos de los barrios de Múnich, hoy salimos de los límites de la ciudad para descubrir Starnberg, una pequeña ciudad a 30 km del centro de Múnich a los pies de su archi conocido lago Starnberg.

Descubrimos esta pequeña localidad de la mano de Ana, una excelente fotógrafa y autora del blog Mami ya es de díaun blog imprescindible para los amantes de la fotografía, en el que retrato su día a día, sus excursiones por Baviera, sus viajes, etc. ¡Una maravilla!

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Cuéntanos algo sobre ti y de cómo llegaste a Starnberg.
Me llamo Ana, soy madrileña, casada y madre de tres hijos. El extranjero siempre me atrajo, por eso elegí estudiar Empresariales Internacionales y que me pasé la mitad de mis años de universidad fuera de España. Mis padres ya se habían encargado antes de inculcarme la importancia de aprender idiomas, para lo que tuvieron a bien mandarme interna a Inglaterra durante un curso escolar, algo que nunca les agradeceré lo suficiente.

Cuando tuve el inglés dominado, me preguntaron si quería aprender francés o alemán. Tonta de mí, elegí francés, así que me pasé todos los veranos desde 1º BUP (soy de esa generación!) hasta segundo de carrera aprendiendo francés “en el terreno”. Quien me iba a decir a mí que en esos momentos, mi futuro marido estaba estudiando en Viena, y que años después, en lugar de pasar mis días en una oficina estaría viviendo en Munich, aprendiendo alemán y reinventándome.

Llegué a Starnberg (y a Alemania) en el verano del 2011. Mi marido trabaja para una empresa alemana y le ofrecieron venir a la central. Y aquí estamos, disfrutando de la experiencia de vivir en otro país y tratando de aprovecharlo al máximo.

El barrio y tú: rutina, hace cuanto vives en Starnberg , qué te gusta de Starnberg, etc ¿Vienes mucho por Múnich? ¿Qué tiene Starnberg que no tenga Múnich?
La verdad es que empezamos buscando casa en Múnich. Yo siempre he vivido en las afueras y me encanta la ciudad. Pero somos familia numerosa y además nos gusta mucho que nos vengan a visitar, y las casas que vimos en Múnich, o eran muy pequeñas o se nos iban de precio. Alguien nos habló del Würmtal, es decir, el valle del río Würm, desde Gräfelfing hasta Starnberg, por la S6. Empezamos a mirar por esa zona y fue en Starnberg donde apareció la casa de nuestros sueños.

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Vivir en Starnberg es lo más parecido a vivir en el paraíso. Estamos a media hora corta en coche o en S-Bahn del centro, disfrutando de todas las comodidades y la tranquilidad de vivir en un pueblo en el que, por otra parte, hay (¡casi!) de todo. Y además en Starnberg tenemos algo que el centro de Munich no tiene: el Starnbergersee. No me negarás que estas vistas no tienen precio. ¡Con razón se nos llena el pueblo de domingueros en cuanto sale el sol en Munich!

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Además, está lleno de niños, mis hijos salen a jugar a la calle como nunca lo podrían hacer en Madrid (o en Múnich). En ese sentido hacemos vida muy de pueblo, vamos al mercado a comprar, nos damos paseos en bici, nos bañamos en el lago, hacemos picnic el fin de semana y en invierno nos tiramos en trineo… Me encanta eso de ir a tomar un helado o al supermercado y encontrarme siempre con alguien, ¡me encuentro más gente por la calle en Starnberg que en mi pueblo en Madrid!

Aún así, yo soy muy de ciudad, así que me escapo a Múnich siempre que puedo. Con el S-Bahn me planto en Marienplatz en menos de media hora y en coche lo mismo. Como siempre he vivido a las afueras de Madrid, no me da pereza en absoluto. Es más, me considero una privilegiada por poder disfrutar de los dos mundos prácticamente a la vez y sin esfuerzo.

Recomendaciones en  Starnberg: restaurantes, bares, rincones…
Si vinieras a pasar un día a Starnberg (ahí queda la invitación!) [tomo nota], empezaríamos el paseo por la Maximilianstraße, que viene a ser “la calle”, la bonita, la de las tiendas. Bajaríamos hasta el lago, y si hiciera buen tiempo, podríamos tomarnos algo en la terraza de Undosa, el sitio de moda por excelencia y donde dan las mejores fiestas (o eso dicen!)

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(Ahora no está como en la foto, lo han renovado, pero os hacéis a la idea, ¿no?)

Una cosa que me encanta es pasear por el borde del lago hasta que me canso. A veces llego sólo hasta el Wasserpark (muy recomendable, tanto en verano como en verano, pero por desgracia va a estar cerrado por obras durante dos años), pero si tienes tiempo y ganas puedes llegar hasta Berg, aprovechar para ver el lugar exacto donde murió ahogado Luis II y admirar las mansiones de los millonarios de Múnich. También se puede ir en coche, claro, pero no es lo mismo.

Muy cerca de donde murió Ludwig II está el Schlossberg Hotel, que, además de ser muy recomendable para pasar unos días de vacaciones, tiene un restaurante muy apetecible, encima del lago (te puedes tirar al agua después de comer, porque no sé si sabes que el agua está tan limpia que te puedes bañar donde quieras). La comida es muy rica, quizá un poco más cara de lo normal, pero las vistas y la ubicación lo justifican. Y si no quieres gastarte mucho, también tiene Biergarten prácticamente con las mismas vistas. Las puestas de sol desde aquí son épicas.

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Algo que siempre recomiendo y que fue una de las primeras cosas que hicimos al llegar a Starnberg es, si el tiempo lo permite, alquilar un barquito eléctrico por el lago. Cuestan unos 20€ la hora, según el tamaño, y son tan fáciles de manejar que hasta los niños pueden hacerlo. Si te atreves puedes incluso bañarte en medio del lago. Dicen que el agua está fría, pero yo veraneo en el Atlántico y no me sólo no me molesta el agua helada, sino que me gusta.

Por supuesto, alrededor del lago hay multitud de playas donde bañarte en verano. Mi preferida es la zona de Possenhoffen, la siguiente parada de S-Bahn, en cuyo palacio creció Sissi, la famosa emperatriz, (Karl-Theodor-Straße 14, Possenhofen. No se puede visitar, pero sí visitar el entorno, que es precioso. ¡Parece que a la aristocracia le gustaba el lago de Starnberg!). Hacia el otro lado, en Percha, también muy cerca de Starnberg, hay otra playa más grande que no está nada mal. Obviamente hay muchas más alrededor del lago, pero ya nos alejaríamos mucho del “barrio”.

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Otros sitios que merece la pena mencionar aquí son Schindler Delicatessen, una pequeña tienda de delicatesen con un mini restaurante al fondo, donde no se come nada mal. El Café Luna, vegetariano, ecológico y muy acogedor. El Café im Gelben Häusl, también muy acogedor, con un jardín de lo más agradable y un montón de cosas para los niños.

También hay restaurantes italianos, chinos, vietnamitas, griegos y por supuesto, alemanes. No sé por qué lo pongo en plural, porque hay uno de cada, pero lo que quiero decir es que, si te gusta comer, hay mucho donde elegir.

Y mis hijos me matarían si no menciono GelatOK, la heladería de la plaza, regentada por los brasileños más simpáticos y donde los helados no tienen nada que envidiar a los italianos ni a los del centro de Múnich.

Si vienes en coche y no te importa que salgamos del pueblo, en el Maisingersee (un pequeño lago a unos 6 kms de Starnberg), hay un Biergarten encantador y frecuentado solamente por locales. En invierno cierran, pero el Gasthaus Georg Ludwig, que está muy cerca, sirve un Apfelstrudel que está de muerte. Se puede llegar andando desde Starnberg, es un paseo precioso por el Maisinger Schlucht, especialmente ahora, en otoño (aunque el Biergarten ya está cerrado).

Y de cara a diciembre, el mercadillo de Navidad de Maising es uno de mis preferidos (el año pasado fue el tercer fin de semana de Adviento, este año no estoy segura), junto con el del Hotel La Villa, en Possenhofen, que tiene lugar el primer fin de semana de adviento, y para mí es imprescindible.

Volviendo a Starnberg, otra alternativa es coger uno de los barcos que dan la vuelta al lago, hacen varias paradas y puedes bajarte, dar una vuelta y coger el siguiente barco. Nosotros todavía lo tenemos pendiente, pero algún día lo probaremos.

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Por último, los más deportistas pueden dar la vuelta entera al lago en bici. Es otra de las cosas que aún no hemos hecho, la excusa es que con niños tan pequeños es complicado encontrar el tiempo para hacerlo (se tardan unas 4 horas y media más o menos), pero algún día espero poder apuntarme ese tanto!

Ambiente y encanto de Starnberg
Starnberg es un pueblo muy familiar. Hay muchos niños, cada vez más, así que aquí la vida es tranquila y relajada, aunque si quieres marcha, también la tienes. Supongo que el estar rodeados de naturaleza, junto con la forma de ser de los alemanes, contribuye a este ambiente tranquilo y natural (valga la redundancia): la gente se mueve en bici, los niños van solos por la calle, te encuentras con los vecinos en cualquier sitio… el entorno es paradisíaco en cualquier época del año y en los alrededores hay pueblos preciosos, como Herrsching (a 15 minutos) o Andechs (a 10). Y al mismo tiempo tenemos Múnich muy cerca. La verdad es que no me puede gustar más vivir aquí.

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¡Menuda pasada Ana! Me han dado unas ganas terribles de mudarme allí. Muchísimas gracias por todas las recomendaciones, reconozco que me queda mucho por conocer, ya que para mí Starnberg hasta ahora era sólo el lago donde murió Luis II y donde voy en verano, en plan dominguera total, a darme algún chapuzón. ¡Cuánto por descubrir!

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Lectores, ¿qué os ha parecido? ¿A qué dan ganas de irse a vivir allí? ¿Lo conocíais todo?

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