Nada de diamantes, en Baviera se desayuna salchichas cambiando el té o café por una buena cerveza.

Consiste en dos salchichas blancas  –Weißwurst-  (hombre, puedes comer las que quieras, pero esa es la cantidad que se suele servir). Sólo se puede comer para desayunar y nunca después de las 12h. La leyenda cuenta que (antes del frigorífico) era muy complicado mantenerlas fresquitas y por eso no podían oír las campanadas del mediodía.

Está compuesta por carne de ternera y cerdo y está envuelta en una piel muy finita. Se suele servir en el agua en la que se ha cocido (cuidado que si empieza a hervir se rompe la piel) y se hace un corte longitudinal para sacar la carne y dejar la piel. Está mal visto comérsela y POR SUPUESTO jamás comer la salchicha en rodajas. Acompañada siempre de mostaza dulce.

Junto a ello siempre un Bretzel ese tipiquísimo pan en forma de lazo con grandes granos de sal.

¿Y de beber?

¡Pues cerveza! ¡Qué menos estando en Múnich!, pero no cualquier cerveza, una Weißbier o cerveza de trigo (además de la malta de cebada). El trigo le proporciona ese color blanquecino y un sabor suave y refrescante.

¿Dónde comer este rico manjar para desayunar?

Pues mi recomendación es un conocido restaurante entre locales pero alejado de los turistas: el Gaststatte Grossmarkthalle (tienen la web en construcción así que os envío a TripAdvisor). Muchos locales les compran a ellos las salchichas ya que las hacen ellos. (Cuidado, tienen un horario reducido, y el domingo no abren)
¡Riquísimas!

¿Te atreves? ¿Lo has probado ya?